Monday, May 16, 2011

La voz de los candidatos en los medios escritos

Ayer compartí un cuadro en el que se observa el número de lectores de diarios en Lima Metropolitana según CPI, los cuales clasifiqué como pro-Fujimori y Pro-Humala :



(Hacer click en el cuadro para ampliarlo)


Previsiblemente, la mayoría interpretó que esto refleja una distribución injusta de la "voz" de los candidatos en los medios. Mientras tanto, otro grupo argumentó que lo que en realidad se observa es que el consumidor elige qué diario comprar de acuerdo con sus preferencias.

Este último argumento podría ser válido, en cierta medida, si se toma en cuenta la intención de voto en Lima segun Ipsos Apoyo:




El lector, si bien puede elegir, lo hace a partir de múltiples variables, y no sólo de la posicion politica del diario que compra. Mi hipótesis es que la opción política no es un "driver" importante de la decisión de compra de la mayoría de lectores.

Si la inclinación política de los consumidores determinara la "oferta" de posiciones políticas en los diarios, debería existir un sesgo pro-Humala en provincias, sobre todo en el sur del país, segun muestra el siguiente gráfico de intención de voto:




Sin embargo, lo que muestra CPI es lo siguiente:





(Nuevamente, los colores los agregué yo a partir de una apreciación subjetiva; adicionalmente, consolidé en cuatro regiones las 15 ciudades analizadas por CPI)


Se observa que, en provincias, la penetración del grupo El Comercio es bastante menor que en Lima, en parte debido a la importancia de diarios regionales . Pero la principal conclusión que se desprende es que la posición política de los lectores no encuentra correspondencia en la participación de mercado de los diarios que representan su opción.

Uno podría también revertir el orden de causalidad, y preguntarse: quiere esto decir que los diarios influyen muy poco en la opinión de los lectores? Para indagar esta hipótesis habría que ir mas alla de la "foto actual" y analizar tendencias.

Sunday, May 15, 2011

Crecimiento Perú vs Región







El gráfico muestra la evolución del PBI real del Peru (amarillo) comparada con la del Mercosur (gris) y la Comunidad Andina (rojo). Está indexado a 1990, para poder comparar más fácilmente el ritmo de crecimiento a partir de ese año.

Se puede observar que el crecimiento de la economia peruana en la decada del 90 fue inferior al promedio de la CAN, mientras que recien se recuperó durante los años de la democracia.







Sunday, May 1, 2011

No se hagan los locos





Perú Posible, Alianza para el Gran Cambio y Solidaridad Nacional están intentando conformar una bancada de oposición cuando aun no sabemos quién va a ser el próximo presidente. Lo que no pudieron hacer en la primera vuelta, están tratando de lograrlo en la segunda. Creo que esto es un error. Están perdiendo la oportunidad de tomar partido en un momento en que es importante hacerlo –con reservas y con condiciones, claro- para vigilar la gobernabilidad.

No resulta claro cuál es el incentivo de Perú Posible para participar en esta alianza. Bajo cualquier escenario, sus congresistas van a ser los que inclinen la balanza en las votaciones del congreso. ¿Por qué, entonces, subordinar este poder que tienen como partido a las decisiones de una agrupación mayor? No lo entiendo. Pero más allá de esta pregunta que no logro resolver, me preocupa el riesgo que puede encarnar esta asociación de tres partidos para la viabilidad democrática.

Bajo una administración fujimorista, la coalición no supondría gran problema para la gobernabilidad en el corto plazo. El gobierno probablemente no promovería mayores cambios al modelo económico, y el congreso aprobaría en mayoría las normas más importantes propuestas por el ejecutivo. Quizás este bloque serviría de freno para cualquier reforma sospechosa del poder judicial o cualquier intento de intervención a la prensa, lo cual está bien. Eso sí: con toda la clase política aliada (formal o informalmente) con el gobierno, el camino quedaría libre para que Humala, convertido en el único líder de oposición, gane las elecciones en el 2016.

Bajo una administración de Gana Perú, en cambio, va a ser muy difícil que el gobierno negocie con una alianza que incluye a sectores conservadores del PPC y Solidaridad Nacional. Al humalismo le bastaría el apoyo de Perú Posible para ejecutar al menos parte de su proyecto, pero si PP se encuentra subordinado a las decisiones de la alianza, probablemente esto no se consiga. Por lo tanto, un bloque de las características del que se está proponiendo puede convertirse en una barrera permanente a las iniciativas del ejecutivo. Al menos tres escenarios distintos podrían surgir: el Humalismo patea el tablero acusando al congreso de no dejarlos gobernar, consigue mayoría reclutando tránsfugas o decide co-gobernar con el fujimorismo, que creo estaría encantado de hacerlo a cambio de algunas “condiciones”. Ninguno de estos escenarios es alentador.

¿Cuál es la alternativa? Pues que los partidos hagan su trabajo, y en lugar de lavarse las manos, negocien con los candidatos y asuman una posición. Las afirmaciones de desprecio de PPK hacia los partidos políticos son lamentables, y las idas y venidas de Toledo respecto de su apoyo a Humala también. La decisión del voto en blanco es legítima, y va a ser asumida por una minoría del electorado. La gran mayoría de votantes, sin embargo, vamos a tomar una posición y esperamos que los partidos políticos lo entiendan y que, por una vez, nos representen.

Sunday, April 24, 2011

Mi abismo es mejor que el tuyo

“La única forma de huir al abismo es mirarlo, medirlo, sondearlo y descender a él” – Cesare Pavese









Coincidamos en algo: reconozcamos que ambos candidatos que nos quedan representan un riesgo grande para la democracia. ¿Es que alguien, a menos que tenga una mente demasiado obtusa, puede dudar que, de contar con carta libre, cualquiera de los dos candidatos irrespetaría las instituciones democráticas?

No vale la pena escribir una lista de lavandería con decenas razones por las cuales los demócratas debemos preocuparnos. Mencionemos solamente dos: Keiko Fujimori ha reivindicado cada vez que ha podido el gobierno de su padre, un dictador. Ollanta Humala no ha sido un dictador, pero todo indica que hubiera querido serlo: en enero del 2005, después de que su hermano capturara una comisaria en Andahuaylas, llamó a la población a levantarse contra el gobierno legítimo de Alejandro Toledo.

Por si fuera poco, la amenaza a la democracia no es la única inquietud que muchos compartimos. Por un lado, a muchos nos indigna, no solo premiar, sino dejar volver al poder a una banda de mafiosos y asesinos que levantó el país en peso, tanto en billetes como en sangre. Por otro lado, a muchos también nos angustia dar el poder a un ex militar que ha mostrado simpatía por Chavez, y que en su plan de gobierno sugiere que se debe nacionalizar empresas en sectores estratégicos, y poner los medios de comunicación "al servicio de la democracia", lo que sea que eso signifique.

La cita que encabeza este texto tiene algo de sarcasmo, pues Pavese en realidad escribía sobre el suicidio de un artista enfrentado a una tragedia, pero también mucho de pertinente. Somos dos quintos del país – ¿o acaso éramos? – los que nos encontramos frente a lo que Gonzalo Gamio ha definido, justamente, como un dilema trágico. Frente a ello, parecemos estar preguntándonos “¿hacia qué lado del vacío debemos dar el paso mortal?”. Y creo que nos equivocamos. En lugar de razonar sobre cuál es la mejor manera de llegar al otro lado del vacío a salvo, estamos discutiendo, insultando, agrediendo, para defender nuestra posición acerca de hacia cuál lado del acantilado es preferible lanzar al país. Es decir, ya dimos a la democracia por muerta.

Lamentablemente, lo más probable es que esta actitud nos lleve a ubicarnos pronto nuevamente entre abismos que, la verdad, siempre han estado ahí (cualquier parecido con lo que paso hace cinco años no es pura coincidencia), pero esta vez ya sin poder de elección, y sin democracia que perder. Mi opinión es que polarizar la elección es un riesgo bastante grande que no tiene ningún beneficio. Jugar al “todo o nada” casi nunca es lo más inteligente, mas aun cuando, inevitablemente, cerca de la mitad del país va a perder.

La situación amerita que seamos racionales: no ayuda proclamar la superioridad objetiva de nuestro voto, ni descalificar a quien opina distinto. Esto es solo un signo de que quienes no creen en la democracia ya están ganando. Los antidemocráticos quieren que nos ofusquemos, que nos apasionemos y así perdamos de vista su amenaza inminente. Y lo peor que nos podría pasar es perder el estado de alerta.

Seamos, por eso mismo, tolerantes con los políticos democráticos que se aproximan a estos candidatos que consideramos peligrosos –a cualquiera de ellos- como si se arrastraran hacia el fondo del precipicio. Al hacerlo, ellos están corriendo un riesgo. La democracia requiere diálogo y negociación, y eso a veces implica ceder en algunos ideales para perseguir principios que consideramos fundamentales. Firmar pactos es necesario, pero insuficiente: creo que los políticos democráticos deberían tomar partido poniendo condiciones, aliarse, y formar parte de cualquier gobierno que sea elegido.

Si PPK se alía con Keiko: bien. No nos asegura nada, pero es una garantía más para la democracia. Si Toledo se asocia con Humala: bien también, un gobierno compartido aumentaría la probabilidad de que se respeten las instituciones. Estos políticos, y las demás voces representativas que ahora apoyan a algún candidato con cautela, serán quienes servirán de contrapeso en el gobierno, y son quienes, desde dentro, deberán dar la señal de alerta si las cosas van por mal camino.

Como dice la frase cliché: todo riesgo es una oportunidad. Pavese llegó a la conclusión de que el artista que se mata es aquel que no logra interpretar su cáncer y se deja corroer por él. En cambio, quien sobrevive es el que se coloca por encima de su tragedia, y la reconstruye, la escribe. ¿Qué tal si en lugar de seguir insultándonos infantilmente, como diciendo “mi precipicio es menos peligroso que el tuyo”, tratamos de entendernos y enfrentar el problema conversando? Esta es la oportunidad que tenemos para construir lo que somos y lo que queremos ser como país a través de un diálogo. Si la aprovechamos, quizás podremos comenzar a tejer por fin una historia coherente que nos lleve al otro lado del abismo sin tener que caer en él.